Cada mañana, la suegra y el suegro se levantan uno tras otro. Mi suegra estaba ocupada preparando el desayuno y mi suegro estaba sentado en el balcón golpeando y haciendo ejercicio. Después del desayuno, mi esposa y yo nos pusimos a trabajar. Mi suegro y mi suegra siempre van a la frutería y verdura que está frente a la comunidad a comprar verduras. Al mediodía y por la noche, cuando mi suegra estaba cocinando en la cocina, mi suegro se tumbaba en la mesa frente a la cocina, leía y escribía y, de vez en cuando, le leía en voz alta a su suegra cosas interesantes. historias en el periódico. La familia está sentada a la mesa. Al divertido suegro siempre le gusta encontrar palabras para bromear con la inarticulada suegra. De vez en cuando también lleva comida a sus padres, mostrando su meticuloso cuidado.
Lo que más me emociona es que todos los días después de cenar, mi mujer y yo salimos a caminar con ellos. Como su vista no era muy buena, mi suegro tenía cuidado de ayudarlo dondequiera que fuera. Mi suegra siempre le susurraba a mi suegro una y otra vez cuando subía y bajaba escaleras u otros lugares donde podía tropezar fácilmente. Después de regresar de una caminata, mi esposa y yo entramos al estudio e hicimos lo que debíamos hacer. Mi suegra se sentó junto a su suegro y miró la televisión con él. Ella miraba todo lo que veía su suegro. El nivel educativo de mi suegra no es muy alto, ni su nivel educativo es muy alto. Ella no entiende muchos programas de televisión. Siempre que esto sucede, mi suegro siempre se toma la molestia de explicarle a mi suegra y le pregunta: ¿Entiendes? ¿Lo entiendes? Hasta que mi suegra asintió. Cada vez que me siento en el estudio y escucho esta amable voz, un sentimiento de envidia viene a mi corazón. Déjame animarlos.
En la vida real, he escuchado a muchas personas quejarse más de una vez, quejándose de que al mundo le falta amor y felicidad verdaderos. Es en medio de tales quejas que muchas personas comienzan a hundirse y caer. De hecho, al mundo no le falta felicidad, ni eso significa que la felicidad se niegue a favorecerlos, sino que les faltan ojos para descubrir la felicidad y 'mente' para disfrutar de la felicidad. El cariño entre suegros y suegras me recuerda más de una vez una escena: en un jardín donde una vez viví, cuando el sol se pone todos los días, siempre hay un abuelo anciano empujando a una anciana para un paseo por el jardín con un carrito. La vista del maestro es mala y su tía es su guía; sus piernas y pies son malos y su tío es su muleta. Frente a esta imagen. Mucha gente que pasa por ellos siempre hará la vista gorda. Y cada vez que los encuentro, los saludo cordialmente, y luego me quedo ahí y los veo pasar a mi lado, viendo sus espaldas alejarse cada vez más. En mi opinión, esto es felicidad.
¿Qué es la felicidad? La felicidad no son sólo palabras dulces, ni es sólo un voto de amor eterno. La felicidad se trata más de cuidarnos unos a otros en la vida diaria, y es un cuidado mutuo ordinario.