Como dice el refrán: “Cuando estás cansado en primavera, estás cansado en otoño, te echas una siesta en verano”. A medida que cambian las estaciones, la fisiología del cuerpo humano responderá de manera diferente.
En verano, el cuerpo humano suda mucho, provocando que el metabolismo del agua y la sal se desequilibre, la función gastrointestinal se debilita, la carga sobre el sistema cardiovascular aumenta y el cuerpo se encuentra en una etapa de consumo excesivo. En otoño, el clima es fresco y agradable, el cuerpo humano suda menos y el cuerpo entra en una etapa de reparación periódica. El metabolismo del agua y la sal vuelve gradualmente al equilibrio, se alivia la carga sobre el sistema cardiovascular y la función digestiva vuelve a la normalidad. En este momento, el cuerpo tiene una La inexplicable sensación de fatiga es la fatiga otoñal.
Aunque después de un tiempo, el cuerpo humano se adapta lentamente al clima seco y ventoso del otoño, y la fatiga otoñal irá desapareciendo gradualmente, lo mejor es tomar la iniciativa de adaptarse. En primer lugar, debemos reforzar el ejercicio físico. El ejercicio en otoño debe ser gradual, de lo contrario el ejercicio excesivo aumentará la fatiga del cuerpo. En segundo lugar, preste atención a la nutrición dietética. Además, debes mantener una rutina diaria regular y garantizar un sueño adecuado.