¿Cuáles son las expectativas de la sociedad sobre los docentes?

En primer lugar, debemos sustituir el concepto de educación escolar por el concepto de educación permanente.

Con la implementación de la educación permanente, la función de la educación escolar sufrirá enormes cambios. La responsabilidad de las escuelas ya no es preparar a los jóvenes para la vida concreta, sino prepararlos para un mayor aprendizaje. La función principal de la escuela es educar para el aprendizaje continuo y brindar a los estudiantes el interés, la motivación, los conocimientos y las habilidades necesarios para el aprendizaje permanente. El concepto de educación permanente plantea muchas nuevas exigencias en cuanto a la finalidad, los métodos y el contenido de la educación escolar. Los docentes del siglo XXI deberían poder comprender estos requisitos con prontitud y precisión y organizar y diseñar la enseñanza en consecuencia, en lugar de pensar en el estrecho contexto de la educación escolar.

En segundo lugar, debemos establecer un nuevo tipo de relación democrática e igualitaria entre docentes y estudiantes.

En la sociedad del futuro, los estudiantes obtendrán información de muchas fuentes. La relación entre profesores y estudiantes no es una simple relación de mando y obediencia, ni una relación de impartir y recibir conocimientos. Más bien, se trata de establecer una asociación nueva, democrática e igualitaria. En ese momento, los maestros no obligarán a los estudiantes a aprender nada, ni les presentarán intactos los conocimientos ya preparados, sino que los guiarán activamente para que exploren de forma independiente y logren que la personalidad independiente de los estudiantes se ejerza plenamente. y el papel de los docentes no se debilitará, pero tendrá mayores exigencias.

En tercer lugar, es necesario tener amplios conocimientos y diversas habilidades para convertirse en portador de diversas funciones educativas.

En una educación de calidad, ampliar el conocimiento de los estudiantes y mejorar sus diversas habilidades se convertirá en uno de los objetivos importantes de la educación y la enseñanza. Por lo tanto, los profesores primero deben dominar amplios conocimientos y diversas habilidades. Los profesores no sólo deben enseñar conocimientos culturales y científicos, sino también ayudar a los estudiantes a aprender técnicas prácticas y guiarlos para vivir una vida sana y eficaz. No sólo debemos poder hablar, sino también utilizar instrumentos didácticos modernos, especialmente la tecnología de enseñanza asistida por ordenador. También debemos cooperar con los padres y personas de todos los ámbitos de la vida que se preocupan por la educación para aprovechar al máximo los diversos recursos educativos para educar a los estudiantes de manera integral.

En cuarto lugar, debes tener un alto grado de profesionalidad y responsabilidad, así como excelentes cualidades como la conciencia pionera y la capacidad creativa.

Las actitudes y habilidades laborales de los docentes son factores clave que determinan el éxito o el fracaso final de la reforma educativa. Cada movimiento del docente no solo afecta el efecto del propio trabajo del docente, sino que también afecta directamente el comportamiento y la actitud de los estudiantes. Para cultivar el espíritu emprendedor, la conciencia pionera y la capacidad innovadora de los estudiantes, los profesores primero deben poseer estas cualidades.

En resumen, los profesores deben comprender plenamente que es difícil para los estudiantes aprender lo que los profesores no quieren o no pueden hacer; también es difícil cultivar cualidades que los profesores no poseen en los estudiantes. Los profesores deben tener lo que los estudiantes quieren, y los profesores del siglo XXI deben estar por delante de los estudiantes del siglo XXI.