1: Lleve a cabo educación de aprecio de manera oportuna y brinde orientación positiva para que los niños sientan que son importantes en su corazón y desarrollen confianza en sí mismos.
2. No lleves tus emociones a casa, regúlalas de forma adecuada y no dejes que tus emociones se contagien a tus hijos.
3. Dar a los niños más confianza y apoyo y dejarles hacer lo que puedan.
4. En circunstancias adecuadas, dejar que los niños aprendan a afrontar las dificultades por sí solos, ejercitando así su capacidad para afrontar los problemas y mejorando su resiliencia.
5. Es necesario orientar a los niños para que crezcan y se desarrollen de forma integral y equilibrada, y evitar que sólo sepan estudiar.
6. Comunícate eficazmente con tus hijos. ¿Y si las cosas no son como nuestros padres imaginaban?
7. No sólo debemos aprender a amar a nuestros hijos, sino también educarlos para amar a sus padres y a los demás, y enseñarles a ser agradecidos. Este es el verdadero amor por los niños y favorece su crecimiento saludable.