La actitud ante la vida detrás de Yoko Sasaki, de 105 años, es la más preciada. Su marido falleció hace muchos años y muchas personas le aconsejaron que buscara pareja, pero ella creía en el amor y no estaba dispuesta a ceder.
Más tarde, cuando trabajaba en Francia, conoció a un escultor llamado Charles. Después de un breve encuentro, se conocieron. En ese momento ella tenía 86 años. Diez años después, no podía soportar el dolor del mal de amor. Escribió una tarjeta expresando su amor a Charles, pero no recibió respuesta. Resultó que a Charles no le agradaba y acababa de morir durante ese tiempo.
Yoko Sasaki, que tiene más de cien años, es capaz de programar su tiempo de forma muy completa, lo que contiene su amor por la vida. Amar la vida significa en realidad amar la realidad y amar el mundo, para que su cuerpo pueda estar siempre sano.