Una figura representativa del optimismo ciego

Los representantes del optimismo ciego son los siguientes:

Los representantes del optimismo ciego suelen ser personas demasiado optimistas e ignoran las dificultades y desafíos prácticos. En las obras literarias, Ah Q de Lu Xun es un ejemplo típico. Siempre es ciegamente optimista y encuentra razones para consolarse sin importar las dificultades que enfrenta. Es un empresario o inversor demasiado confiado que ignora las oportunidades potenciales porque es demasiado optimista. Los problemas conducen al fracaso de un negocio o inversión. El optimismo en sí no es malo. Un optimismo moderado puede ayudar a las personas a mantener una actitud positiva y afrontar mejor los desafíos.