En un ensayo de 800 palabras sobre educación social, Montesquieu decía que recibimos tres tipos de educación.

La cruel belleza de la educación social

Cuando éramos niños, nuestros padres eran los paraguas protectores de nuestros corazones inmaduros. Bloquearon todo tipo de oscuridad y nos contaron muchos hermosos cuentos de hadas, incluidos príncipes y princesas, héroes y bellezas. Después de la escuela, los profesores son los constructores de nuestra cognición sistemática. Descartaron la escoria y eligieron lo mejor, enseñándonos ciencia, arte y filosofía, enseñándonos a Einstein y Montesquieu.

¿Y la educación social? Al contrario de los dos primeros, la belleza cruel está en todas partes.