Y su modelo no puede utilizarse como base válida para nuestras inferencias sobre el origen de la raza humana. Sin embargo, los avances en biología molecular han comenzado a proporcionar a los químicos datos más nuevos y completos y a enriquecer nuestra comprensión de los orígenes humanos. Los antropólogos están interesados en el Homo sapiens; los orígenes de los humanos modernos han sido debatidos durante mucho tiempo. Hace aproximadamente un millón de años, el Homo erectus emigró de África a Europa y Asia. El debate se centra en si el Homo erectus evolucionó hasta convertirse en Homo sapiens en África, Europa y Asia al mismo tiempo, o si el Homo sapiens evolucionó en África y luego abandonó África, reemplazando al Homo erectus en Europa y Asia. Las diferencias entre los dos modelos también llevan a sus diferentes explicaciones del origen de la raza humana.
Los académicos que apoyan la teoría de los orígenes múltiples (ver Frayer et al. 1993) señalan continuidades anatómicas en los registros químicos de Europa central y meridional (Smith 1982), Asia oriental y Australia (Wolpoff 1993), argumentando que continuidad anatómica parentesco genético comprobado. Creen que las notables similitudes genéticas entre los humanos no significan que compartan un ancestro común, sino que reflejan un flujo genético ininterrumpido resultante de la interconexión entre grupos humanos de todo el mundo.
(Thorne y Wolpoff 1992) Al mismo tiempo, creen que este modelo no es inconsistente con la teoría de la línea característica. (Wolpoff 1993) El elemento más importante de este modelo es que desde que el Homo sapiens evolucionó y se extendió por todo el mundo durante un millón de años, la especie ha tenido tiempo de evolucionar en múltiples razas. Sin embargo, Leiberman y Jackson (1995) señalaron que este modelo depende de si las siguientes condiciones relacionadas con la raza son ciertas: primero, debe haber diferencias físicas significativas entre los miembros del Homo en el centro y la periferia de su distribución; segundo, muchas; los rasgos deben existir en El género se desarrolla en el límite de su área de distribución; en tercer lugar, estas características no desaparecen con el tiempo. Estas diferencias regionales sirven como prueba de diferencias de larga data entre los humanos que fueron precursoras de las diferencias actuales entre los humanos.