La respuesta es la misma que el antónimo de la oración imperativa. Cuando el interrogador le habla a la otra parte en un tono autoritario, la otra parte puede responder afirmativamente o negativamente.
Por ejemplo: --¡No hagas ningún ruido en la biblioteca!
--Afirmativo: No, no lo haré (¡Está bien, no lo haré!). hacer algún ruido Ruido.
--Negativo: Sí, lo haré. No, quiero.