Dan gran importancia a los momentos de reunión de grupos, como por ejemplo los funerales. Las familias repartidas por todo el país aprecian los raros momentos de estar juntas y siempre aprovechan la oportunidad para volver a casa. Se dice que una vez que los maoríes mueran, se encontrarán con sus antepasados y utilizarán el poder que les han dado para dar fuerza espiritual y guía a sus hijos. Los maoríes dan gran valor a sus reliquias familiares, como cetros y collares de esmeraldas, y creen que contienen el aura de sus antepasados. Pasarán estos tesoros familiares a las generaciones futuras. En el pasado, los maoríes tenían una estrecha relación con su entorno de vida y crearon y difundieron muchos mitos y leyendas relacionados, como el dios del bosque, el dios del océano, etc. A través de canciones y danzas tradicionales, ahora se ha convertido en una parte integral de la cultura maorí.
En otras áreas de la vida social, los maoríes son generalmente aceptados por otros neozelandeses. Si bien algunos pueden experimentar dificultades para encontrar vivienda en la ciudad y algunos pueden objetar su matrimonio con un neozelandés de ascendencia europea, en la mayoría de los casos el prejuicio no está profundamente arraigado. Muchos maoríes temen la superioridad cultural más que la discriminación y siempre quieren mantener su identidad maorí. Casi todos los maoríes tienen algunos ancestros europeos, y algunas personas que se consideran maoríes en realidad tienen un ancestro europeo particularmente prominente. Entonces sus características son más culturales que genéticas.
Para la mayoría de los maoríes, ser maorí significa reconocer y respetar a sus antepasados, reclamar tierras familiares y tener derecho a ser aceptados como pueblo en las tierras de sus aldeas ancestrales. Significa ser aceptado como miembro de un grupo y reconocer junto con los miembros del grupo una forma única de pensar y comportarse que es maorí. Actualmente se ha reanudado parte de la enseñanza del maorí y, en 1987, el maorí fue designado idioma oficial de Nueva Zelanda.
En la Nueva Zelanda contemporánea, muchas prácticas culturales maoríes permanecen. Todas las reuniones formales de maoríes van acompañadas de discursos y canciones de guerra en maorí. Cuando se recibe formalmente a los invitados, se les saluda frotándose la nariz (llamado hongi) y, a veces, se lleva a cabo una competencia de ring como ceremonia. Cocine los alimentos en una estufa de piso a techo con piedras precalentadas. La casa tallada utilizada como centro ceremonial y de reuniones en la aldea maorí aún está en construcción.