La adoración es una de las diferencias más importantes entre musulmanes y no musulmanes. El culto es el pilar principal de la fe islámica y se considera el "fundamento de la religión". Es una ofensa grave y un pecado abominable que cualquier musulmán no observe las sesiones de oración sin razones justificables. La razón por la cual esta violación es tan grave es que no sólo viola al Creador Allah (Dios), sino que también viola la esencia de la naturaleza humana. Es instinto y naturaleza humana tender a adorar al Creador único y sentir asombro y anhelo por el Creador sublime. El único objetivo más elevado digno de adoración en el universo es adorar a Allah, el Creador del universo.
Los musulmanes creen que la mejor y única manera para que los humanos desarrollen una personalidad perfecta y traten de realizar sus deseos de una manera madura y prudente es seguir el culto del Islam. Ignorar la adoración del Creador es suprimir la buena naturaleza de la naturaleza humana, rechazar el derecho al respeto y al amor mutuos, rechazar el derecho a adorar y admirar, y rechazar el derecho a la superación personal. Esa represión y rechazo constituirán inevitablemente un delito muy grave y destructivo. Por lo tanto, los musulmanes otorgan gran importancia a la importancia y eficacia de la adoración en el camino de su vida.