Maupassant corrió feliz a su casa y le contó la buena noticia a su madre emocionado. La madre se santiguó en el pecho y no pudo evitar derramar lágrimas de emoción. ¡Sí, su deseo finalmente se hizo realidad!
Más tarde, bajo los estrictos requisitos y la cuidadosa guía de Flaubert, Maupassant se embarcó con éxito en el camino de la literatura.
La amistad entre Flaubert y Maupassant es una leyenda en el mundo de la literatura, pero ¡cuánta gente sabe que detrás de ella se esconden las buenas intenciones de una madre! A lo largo de los tiempos antiguos y modernos, en el país y en el extranjero, la mayoría de las personas que han marcado una diferencia han recibido enseñanza de uno o dos buenos maestros. Conocer a un buen profesor no es sólo cuestión de suerte, a veces también hay que trabajar duro como la madre de Flaubert. La educación de los niños de hoy depende principalmente de la escuela y la familia. La coordinación y comunicación entre ambas partes es particularmente importante. Enviar a los niños a la escuela y dejarlos solos es un método educativo muy atrasado y poco científico. Por supuesto, muchos padres conceden gran importancia a la elección de los profesores para sus hijos. Por ejemplo, los niños están ansiosos por ir a escuelas clave y, a veces, incluso hacen todo lo posible por gastar la mayor cantidad de dinero posible. Este sentimiento es el mismo que el de la madre de Maupassant. Sin embargo, elegir una buena escuela y un buen maestro para tus hijos requiere una perspectiva tranquila y racional. ¡No se trata sólo de buscar el “enfoque”! Es aconsejable elegir el maestro y el entorno adecuados según las características propias del niño.