Establecimiento de objetivos: determine los objetivos de la actividad, como mejorar la capacidad de percepción musical de los niños, desarrollar la coordinación de movimientos de los niños, etc. Establezca objetivos alcanzables según la edad y el nivel de capacidad de su hijo.
Selección de contenidos de actividades: elige música y contenidos de actividades adecuados para niños. Puedes elegir canciones infantiles con melodía sencilla y fácil de entender o música con ritmo animado, combinada con movimientos corporales, movimientos de los dedos o palmas.
Preparación de material didáctico: Preparar el material didáctico y el utilería correspondientes según el contenido de la actividad. Como reproductores de música, instrumentos musicales, aparatos de ritmo como campanas, cintas trenzadas, bolas de colores, etc.
Organización de las actividades: Dividir a los niños en grupos o actividades completas. La forma de las actividades diseñadas puede ser llevar a los niños a cantar y bailar juntos, o practicar ritmos simples bajo la guía de la música.
Paso a paso: Realiza actividades de simples a complejas y de fáciles a difíciles según el nivel de desarrollo del niño. Guíe gradualmente a los niños para que dominen las habilidades básicas de ritmo y movimiento.
Crear un buen ambiente: Crea un ambiente proactivo y anima a los niños a participar, expresarse y compartir. La participación activa de los niños se puede promover fomentando la interacción y elogiando el desempeño.
Comentarios y resumen: Después de la actividad, brinde comentarios positivos y anímelos al niño, y reconozca sus esfuerzos y desempeño. Al mismo tiempo, se pueden resumir y repasar las actividades para que los niños puedan tener una comprensión más profunda de los conocimientos rítmicos que han aprendido.