La tecnología de ingeniería genética vegetal desarrollada a principios de la década de 1980 puede transformar con precisión las plantas. Los cultivos modificados genéticamente han mejorado significativamente el rendimiento, la resistencia y la calidad, y también pueden reducir en gran medida los costos de producción agrícola y aliviar el deterioro del entorno ecológico agrícola. La gente llama a este enorme salto tecnológico la segunda "revolución verde".