La esencia de "La Tercera Ola": Para mantener la narrativa concisa y directa, el libro divide la civilización en tres períodos: la etapa agrícola de la primera ola, la etapa industrial de la segunda ola y la actual. comienzo de la tercera ola.
La primera ola duró miles de años. La segunda ola tiene sólo 300 años. Hoy en día, el ritmo del desarrollo histórico se está acelerando y la tercera ola puede tardar sólo unas pocas décadas.
En "La Tercera Ola", el autor cree que la segunda ola dividió la vida humana en dos mitades: producción y consumo.
Esta fisión tiene consecuencias extremadamente graves. Por primera vez, el mercado se convirtió en un enorme centro de la vida humana.
La mercantilización económica también ocurre en las economías capitalistas y socialistas.
Medir el crecimiento económico en función del tamaño del mercado se ha convertido en el principal objetivo político de varios países.
La existencia y expansión de los mercados ha provocado un aumento de la productividad. Sin embargo, la división entre producción y consumo también ha llevado a profundas contradicciones y conflictos en la política, la sociedad y la cultura, afectando la vida familiar, la identidad sexual e incluso el espíritu y la personalidad de las personas.
La avaricia insaciable, la corrupción empresarial y la insensibilidad en las relaciones interpersonales no son fenómenos exclusivos del sistema de ganancias, ni son reflejos del capitalismo y el socialismo, sino que son consecuencias de la industrialización y son comunes a todas las sociedades centradas en el mercado. . reflejar.
Estandarización, especialización, sincronización, centralización, arrogancia y centralización. Estos seis principios interrelacionados forman las leyes de la civilización industrial y coordinan las acciones de millones de personas. Es la consecuencia de la división entre producción y consumo.
La entidad política de la segunda ola necesita adaptarse a la entidad económica en evolución de la segunda ola. A partir de las revoluciones estadounidense y francesa y durante todo el siglo XIX, un fervor nacionalista se extendió por las regiones industrializadas del mundo.
Los gobiernos de varios países están haciendo todo lo posible para expandir sus mercados y su poder político, pero se han topado con limitaciones provenientes de condiciones externas e internas. La construcción de ferrocarriles se convirtió en el siglo XIX en una competencia por el "espacio habitable".
Antes de la Segunda Ola, los gobernantes europeos ya habían establecido enormes imperios coloniales. Estos primeros aventureros y conquistadores en realidad buscaban riqueza personal y sus colonias todavía eran economías de subsistencia.
La segunda ola transformó este saqueo y robo a menor escala en un gran negocio, expandiéndose hasta convertirse en un vasto imperialismo. El imperialismo emergente saqueó las materias primas de las colonias, las procesó y vendió los productos terminados a las colonias a precios elevados.
Desde la década de 1880 hasta la de 1890, los políticos europeos predicaron descaradamente: "El imperio es comercio".
La civilización de la segunda ola no puede existir de forma aislada. Hará lo que sea necesario para saquear los recursos coloniales. Primero necesita un mercado mundial unificado para aprovechar estos recursos.
La creación de un mercado mundial unificado se basa en gran medida en las ideas expuestas por David Ricardo. Abogó por aplicar el principio de división del trabajo entre países. El establecimiento exitoso de un mercado mundial unificado ha desarrollado enormemente el comercio mundial. Se estima que entre 1750 y 1914 se multiplicó por más de cincuenta.
La civilización de la tercera ola no puede utilizar la estructura política de la civilización de la segunda ola y necesita crear nuevas herramientas políticas.
El "agujero negro" dentro de la sociedad actual no es una cuestión de a qué gobierno pertenece, sino una profunda crisis en varias formas de democracia representativa en sí.
Desde Estados Unidos hasta la ex Unión Soviética y todos los países industrializados, el fracaso en la toma de decisiones no es un fenómeno exclusivo de ningún presidente, primer ministro, primer ministro o presidente. Ningún líder puede resolverlo en el marco del sistema existente. Los partidos políticos perdieron su atractivo. Cada vez menos personas participan en las elecciones. El vacío de poder se está ampliando.
El estilo y la calidad que la tercera ola de civilización exige a los líderes no residen en la confianza en sí mismos y la arbitrariedad, sino en seguir el bien, no en ser dominantes, sino en ser imaginativos; con poder y arrogancia, pero con un fuerte sentido de liderazgo. El nuevo mundo es consciente de sus limitaciones.
La responsabilidad del cambio es nuestra. Necesitamos empezar a tomar medidas antes de que el sistema político existente se desintegre aún más.
¡Nuestras acciones están destinadas a crear el futuro!
En resumen, "La Tercera Ola" cree que una civilización también puede utilizar algunos de sus procesos y principios para desarrollar su propia "superideología" para aclarar la realidad de su existencia y racionalidad.
Por lo tanto, una vez que comprendemos cómo están cambiando los procesos y principios en estos campos, y cómo se transforman entre sí y provocan olas poderosas, resulta más claro que se están produciendo enormes olas de cambio. impacto violento en nuestras vidas hoy.