Materiales de composición infantil de cuarto grado

En los campos dorados siempre puedo ver niños riendo y bailando. Así pasé mi infancia.

Cojo un trozo de cola de zorra y me lo meto en la boca como una aceituna verde. Mastícalo con cuidado y se siente dulce. Hay todo tipo de flores silvestres al borde de la carretera. Pellizca algunas flores y llévalas en tu cabeza, o teje una guirnalda con ellas y colócalas alrededor de tu cuello. Infancia, ¡qué bonita es!

¡La infancia, qué bonita es! Nubes blancas deambulan por el cielo y el cielo azul es su escenario. La tierra es también mi escenario. Soy un hijo del viento. Cuando corría, las manos de mi madre me tocaban, como si estuviera volando sobre la tierra. Soy una golondrina de figura ligera. Cada viaje en avión es un ejercicio. El crecimiento es un fuego que me hace más fuerte.

El crecimiento es un fuego que me hace más fuerte. Desde que tengo uso de razón, he sabido que era pobre pero todavía ambicioso. En mi infancia no hubo muñecos ni castillos, pero supe perseverar. Me gustan las flores de ciruelo porque florecen en el frío invierno. Aunque no es algo pasajero, es tan precioso como el oro. Desde niña sé que no tengo una cara bonita, ni una familia rica, ni talento artístico. Desde que era niña sé que no soy una flor de invernadero estropeada sin buenas condiciones de crecimiento o sin una dulce lluvia y rocío. Pero desde que era niño supe que quiero ser un árbol que crezca con el viento y la lluvia, ser tan fuerte como el hierro y ser un árbol imponente en un oasis.

Mi infancia es como una canción, con altibajos. Mi infancia es un libro filosófico e inspirador. Mi infancia es una aceituna verde, verde y dulce, intrigante.