En 1903, Leduc descubrió la electroforesis iónica, que utiliza corriente continua continua para bombear iones fisiológicamente necesarios a la epidermis y los tejidos mucosos del cuerpo para lograr efectos terapéuticos.
Esta terapia ha evolucionado desde la fisioterapia solo para aliviar el dolor y el edema hasta convertirse ahora en un fármaco popular para la belleza y el blanqueamiento de la piel.