Este cuento trata sobre:
El caracol y la vaca son medio hermanos. El caracol es el hermano mayor y el revendedor es el hermano menor, pero sus temperamentos son muy diferentes: el caracol tiene sueño en casa todo el día, no quiere hacer nada y simplemente es demasiado vago para morir; desde pequeño, y también le encanta ser terco. Poco a poco, los revendedores ya no querían vivir con esos hermanos, por lo que se mudaron a otro lugar para vivir. Nadie alimenta a los caracoles. Tenía hambre, así que tuve que buscar algo de musgo y hierba tierna para comer, pero todavía no se atrevía a salir de la casa de piedra, así que me cargó y se arrastró, encogiendo su cuerpo al tamaño de una uña, pero todavía no despertaba.