En primer lugar, el entorno laboral del personal infectado. La persona infectada trabaja en el laboratorio de un hospital. Como todos sabemos, los hospitales son el lugar donde se recoge y trata a los pacientes de COVID-19, y el riesgo en este lugar es mucho mayor que en otros lugares. Por tanto, los hospitales no sólo son zonas de alto riesgo para la presencia de virus, sino también zonas de alto riesgo para la transmisión de virus. Aunque todo el personal médico del hospital ha sido vacunado contra la COVID-19, no se puede garantizar una seguridad absoluta y todavía necesitan reforzar su propia protección.
En segundo lugar, el efecto protector de las vacunas no es absoluto. Nada es absoluto, ni siquiera la eficacia de las vacunas contra el COVID-19. En términos generales, la eficacia de la prevención de las vacunas nacionales de mi país ha alcanzado más del 70% y la tasa de protección ha alcanzado más del 70%, pero esto no es el 100%. Por lo tanto, aún es necesario protegerse. La protección y las vacunas pueden aislar mejor el virus.
En tercer lugar, espero que no todos sean descuidados. Este incidente también nos recuerda que no debemos pensar que podemos sentarnos y relajarnos después de vacunarnos contra el COVID-19. Si se encuentra en su área de alto riesgo, todavía existe riesgo de infección. Como cada uno de nosotros, nuestros asientos deben estar protegidos para garantizar nuestra propia seguridad.
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