Sin una intervención temprana, el coeficiente reproductivo R de la COVID-19 llega a 3,54 y su contagiosidad es mucho mayor que la de los coronavirus conocidos como el SARS y el MERS. Después de que se implementaron las medidas de intervención el 23 de junio de 65438, R cayó significativamente a 1,18 y la tasa de incidencia diaria se desaceleró. Después de que comenzó el aislamiento centralizado el 2 de febrero, R cayó aún más a 0,51 y el número de pacientes comenzó a disminuir día a día. A través de la encuesta comunitaria del 17 al 19 de febrero, el número de fuentes de infección comunitaria se redujo aún más y R cayó a 0,28, lo que acortó en gran medida el tiempo para eliminar nuevos casos.
El modelo estima que alrededor de 87 (el límite inferior es 53) personas infectadas con nueva neumonía coronaria no han sido diagnosticadas porque son asintomáticas o tienen síntomas evidentes, y la tasa de infección de la población correspondiente es de aproximadamente 2,5. Aunque según la literatura las infecciones no confirmadas en el modelo son sólo la mitad de contagiosas que los casos confirmados, su mayor proporción puede tener un papel importante en la promoción del desarrollo temprano de la epidemia.
En el período posterior, se adoptaron medidas integrales como el uso de máscaras y el aislamiento social, que efectivamente cortaron las rutas de transmisión. Aunque estas personas infectadas no han sido diagnosticadas ni aisladas, su capacidad de propagación ha sido muy limitada. A través de la auto-recuperación, el número ha disminuido gradualmente. Recientemente, una serie de encuestas serológicas publicadas en Europa y Estados Unidos también han encontrado que la tasa positiva de anticuerpos COVID-19 en la población local es mucho mayor que la de los pacientes confirmados con COVID-19, lo que es básicamente consistente con los resultados de este estudio y refleja la naturaleza altamente oculta de la infección por COVID-19. ?
La naturaleza altamente contagiosa y oculta del COVID-19 ha aumentado considerablemente la dificultad de la prevención y el control de la epidemia, lo que también explica por qué el virus puede propagarse rápidamente por todo el mundo. El estudio utiliza predicciones de modelos para evaluar más a fondo la posibilidad de un repunte de la epidemia provocado por el levantamiento de las medidas de prevención y control en diferentes circunstancias. Si 14 días después de cero casos confirmados no se encuentra el 87% de las personas infectadas y se levantan todas las medidas de prevención y control, la probabilidad de una segunda ola de la epidemia es del 32%. Si no se encuentran sólo 53 personas infectadas, entonces la probabilidad correspondiente de rebote epidémico se reducirá a 6. La eliminación prematura de las medidas de prevención y control aumentará en gran medida la posibilidad de un segundo brote.