Pez gordo del periódico

¿Qué tipo de pensamientos surgen silenciosamente en la noche tranquila y luego esa pequeña preocupación llena todo el corazón? ¿Qué tipo de emoción repentinamente recorre nuestros corazones en un momento no relacionado y nos hace recordarlo involuntariamente? Es la palma áspera del abuelo que nos acaricia, es la sonrisa amable e indulgente de la abuela, es el rostro del padre serio en la infancia, son las interminables instrucciones de la madre, es el escenario de hermanos y hermanas peleando y jugando... Las siluetas ordinarias son Depositado en el río del tiempo, volviéndose gradualmente más profundo y legible con el paso del tiempo y la edad.

Este es el toque más inolvidable de la vida: el amor familiar.

El amor familiar no tiene grandes formas ni envases magníficos. Permanece en el largo rollo de la vida, llenando cada vacío como agua. Es incoloro, insípido, inodoro y no tiene sombra, por lo que muchas veces lo damos por sentado cuando lo tenemos y permanecemos indiferentes al disfrutarlo. El cariño familiar es la charla y la risa frente a la ventana de la mesa del comedor, los detalles triviales entre las necesidades diarias, el arroz, el aceite y la sal, son los ojos llenos de amor y quejas sobre la perfección, son las preocupaciones después de la despedida; y los momentos relativamente mudos cuando se reencuentran. A menudo, una simple llamada telefónica y un saludo corriente son la interpretación y explicación más vívidas del afecto familiar. No hay historias ni poemas conmovedores, y nunca debemos preocuparnos por eso, pero siempre nadaremos tranquilamente en cada rincón de la vida como agua, nutriendo y calentando silenciosamente nuestros cuerpos y almas.

El amor familiar es la emoción más simple y hermosa. No es tan rico y cálido como el amor, ni tan fresco y fragante como la amistad, pero es muy persistente y persistente. No surge del placer mutuo como el amor, ni tiene necesidades como la amistad. Está conectado con nuestra sangre y siempre estará con nosotros en nuestras vidas. El amor puede morir, la amistad puede convertirse en enemiga, pero el amor familiar siempre será el rincón más tierno de nuestro corazón. Aunque a menudo lo ignoramos porque es normal y a menudo lo olvidamos porque es simple, cuando estamos cansados ​​y con cicatrices, lo primero que pensamos es en nuestros parientes más cercanos. Sólo ellos pueden aceptarnos con la mente abierta, independientemente de nuestras ganancias y beneficios. pérdidas.

La emoción no es ni una bebida fuerte ni una bebida dulce. Es sólo un vaso de agua pura hervida. Aunque es incoloro e insípido, no puede abandonar nuestras vidas ni por un momento. No nos emocionará, pero puede tranquilizarnos; no nos brindará una experiencia inolvidable, pero siempre puede brindarnos una nutrición indispensable. La familia tiene su propia simplicidad y naturaleza, y no necesita ser elaborada deliberadamente. Cuando nos damos cuenta, ya se ha filtrado silenciosamente en la punta de nuestros dedos.

En el complicado mundo de los mortales, por ese amor, por muy lejos, por ruidoso o solitario que sea. Nuestros corazones son siempre ligeros.

El amor familiar es como el agua, pura y transparente; el agua es como la familia, infinita...