Cuando se fundó Cirrus en 1984, sólo diseñaba y producía "aviones ensamblados" en Barbero, Wisconsin. Ese primer avión, el VK-30, inspiró a Cirrus a desarrollar aviones de alto rendimiento.
En 1994, Cirrus trasladó su sede corporativa a Duluth, Minnesota, y comenzó a diseñar y desarrollar el SR20, un avión compuesto de cuatro asientos y un solo motor. En 1995, Cirrus firmó un contrato con El Al para diseñar y fabricar un modelo conceptual del avión turbohélice ST50. Un año después, Cirrus produjo el fuselaje, las alas y la cola del vehículo aéreo no tripulado táctico (TUAV) del Departamento de Defensa de EE. UU., y las tres partes utilizaron tecnología de materiales compuestos.
El avión SR20, que tiene una estructura compuesta y características aerodinámicas avanzadas, obtuvo una licencia de tipo de la FAA de Estados Unidos en 1998. Cuenta con un panel de instrumentos plano, tecnología de pantalla multifunción e innovaciones de seguridad excepcionales, incluido lo último en protección: el sistema de paracaídas Cirrus Airframe (CAPS).
Basándose en las potentes cualidades de vuelo del SR20, Cirrus mejoró la velocidad y el rendimiento del avión y creó el modelo de segunda generación de Cirrus, el SR22. Este modelo recibió una licencia de tipo de la FAA en 2000 y hoy es el modelo más vendido en la industria. En abril de 2007 se lanzó el modelo de tercera generación del SR22 (SR22-G3), que una vez más conmocionó a todo el mundo de la aviación general. A través de casi 700 innovaciones y mejoras del sistema, el SR22-G3 representa el nivel más alto de ingeniería, fabricación y diseño de aeronaves Cirrus desde su creación.
Hoy en día, los más de 1250 empleados talentosos de Cirrus se dedican a construir aviones que superen las expectativas.