En primer lugar, las corridas de toros españolas son muy sangrientas y crueles, van en contra del humanitarismo y no favorecen el desarrollo social. En el actual entorno de desarrollo social, la ideología popular ha logrado grandes avances, especialmente en términos de humanismo, y también ha habido una gran protección para los animales. Como deporte con una larga trayectoria en España, la tauromaquia española se ha convertido incluso en una quintaesencia nacional. Es la tarjeta de visita exterior de España y, además, es bien recibida y querida por mucha gente. Originalmente, el deporte se originó en sociedades agrícolas donde podía funcionar. ¿Matar una vaca como sacrificio a los dioses? El papel de la promoción es un espíritu intrépido de los seres humanos. Con el desarrollo de la sociedad, este deporte se ha convertido en un símbolo cultural tradicional y único de España. Pero muchos activistas por los derechos de los animales creen que los humanos y los animales son iguales y que ese daño a los animales no debería convertirse en un entretenimiento para la gente en el futuro. Si estos deportes bárbaros se exageran en la sociedad durante mucho tiempo, será perjudicial para el desarrollo social.
En segundo lugar, no favorece la salud mental de los menores. El proceso del toreo consiste en que el caballero torea el toro y finalmente lo mata. Este proceso es muy sangriento. Para algunos menores, ver este tipo de imágenes estimulará su psicología hasta cierto punto. La exposición excesiva a escenas sangrientas para los menores tendrá un cierto impacto psicológico. En el camino del crecimiento, incluso tendrá un gran impacto en su carácter futuro, pudiendo incluso imitar este comportamiento y dañar a otros animales, resultando en un carácter sangriento, cruel o incluso brutal.
Al mismo tiempo, el deporte del toreo en España no propicia relaciones religiosas estables. Aunque el desarrollo de la civilización social humana se lleva a cabo en el proceso de respetar diversas diferencias culturales. Pero para muchas personas religiosas, las corridas de toros son un acto que va en contra de sus creencias religiosas y muchas personas religiosas las prohíben. Básicamente, tendrá un cierto impacto negativo en el manejo de las relaciones religiosas.