El trasfondo de la batalla del golfo de Leyte

La Batalla del Golfo de Leyte (inglés: Battle of Leyte Gulf, japonés: レイテ戦) fue una batalla naval que tuvo lugar cerca de la isla de Leyte en Filipinas en el Teatro del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. En términos del tonelaje total de buques de guerra puestos en el campo de batalla por los dos ejércitos, la Batalla del Golfo de Leyte fue la batalla naval más grande de la historia y la última batalla de portaaviones, que destruyó por completo el poder de los portaaviones de Japón.

La batalla naval duró del 20 al 26 de octubre de 1944. En seis días, las fuerzas japonesas y aliadas invirtieron más de dos millones de toneladas en barcos, incluidos 1,33 millones de toneladas para la flota aliada y 730.000 toneladas para la marina japonesa. En la batalla participaron 21 portaaviones, 21 acorazados, 170 destructores y casi 2.000 aviones militares. Aunque el ejército japonés está en desventaja, después de perder batallas como Saipan y las Islas Marianas, si pierde Filipinas o Taiwán, el suministro de recursos de la "línea sur" de su imperio al continente se cortará. competir con China, Corea del Norte y el continente se cortará. Por lo tanto, Japón decidió hacer un intento desesperado por repeler la fuerza de desembarco aliada en Leyte y derrotar su poder marítimo. Después de mucha consideración, las fuerzas aliadas dejaron de atacar Taiwán y desembarcaron primero en Filipinas. Estaban decididas a cubrir el desembarco con una fuerza militar superior y derrotaron a la Armada Imperial Japonesa que vino a apoyarlos de un solo golpe.

El resultado fue el esperado: la flota combinada japonesa numéricamente inferior fue derrotada. Se hundieron trece buques de guerra pesados ​​​​sobre cruceros y las fuerzas de aviación terrestres y marítimas de Japón en Filipinas fueron aniquiladas, lo que afectó gravemente la fuerza general de Japón. A partir de entonces, la Flota Combinada japonesa ya no era una fuerza estratégica en el Pacífico. Guerra. Esta batalla también sentó las bases para la posterior captura exitosa de las Islas Filipinas, Okinawa y otros lugares por parte del ejército estadounidense.

Debido a que la situación de guerra era desesperada, Japón lanzó el primer ataque suicida kamikaze organizado en esta batalla.