Pérdida de la confianza en sí mismos
Los niños necesitan estímulos, no golpes interminables. Cuando los padres no reconocen los esfuerzos y el progreso de sus hijos, la confianza en sí mismos de sus hijos se erosionará gradualmente. ¿Cómo afronta una persona sin confianza en sí misma los desafíos de la vida? Se quedan atrapados en un atolladero de dudas sobre sí mismos y les resulta difícil salir de ellos. Incluso si un niño así tiene un gran potencial, es difícil realizarlo.
Personalidad deprimida
El entorno tiene un enorme impacto en las personas. Si un niño vive en un ambiente negativo durante mucho tiempo, se deprimirá. Los continuos golpes y emociones negativas de los padres pueden hacer que los niños se vuelvan introvertidos, nerviosos y se alejen del sol. Estos niños están llenos de dolor y son incapaces de liberar su potencial.
Pérdida de la capacidad de tomar decisiones
El estímulo puede hacer que los niños tengan confianza y tomen decisiones acertadas. Por el contrario, los golpes continuos harán que los niños pierdan el juicio. Cuando necesitan tomar una decisión, se vuelven indecisos y abrumados. Los momentos decisivos en la vida requieren una dirección clara y decisiones decisivas. Sin opiniones propias, ¿cómo elegirán su camino futuro?