En primer lugar, la retractación proactiva requiere comunicación previa con el departamento editorial de la revista. Por lo general, el departamento editorial de la revista le pedirá al autor que proporcione motivos detallados para la retractación y lo manejará de acuerdo con la política de retractación. Este proceso puede tardar un poco, por lo que el autor debe tener paciencia.
En segundo lugar, la retractación proactiva puede tener un impacto en la reputación académica del autor. Algunas revistas pueden registrar la retractación en el expediente personal del autor, lo que puede afectar las actividades académicas futuras del autor. Por lo tanto, los autores deben considerar esto plenamente al decidir si retractan un manuscrito.
En tercer lugar, la retractación voluntaria no significa que los resultados de la investigación del autor sean completamente inválidos. Si los resultados de la investigación son valiosos, los autores pueden optar por volver a publicarlos en otras revistas. Sin embargo, cabe señalar que el contenido republicado no puede ser exactamente igual al contenido publicado; de lo contrario, puede considerarse una publicación duplicada.
Finalmente, la retractación voluntaria debe cumplir con la ley de derechos de autor. Las leyes de derechos de autor en algunos países y regiones estipulan que una vez publicada una obra, el autor no tiene derecho a retirarla. Por lo tanto, los autores deben consultar a profesionales del derecho a la hora de decidir si retractan un manuscrito.
En términos generales, la retractación voluntaria es un proceso complejo que requiere que los autores consideren y sigan cuidadosamente las reglas y precauciones pertinentes. Al mismo tiempo, los autores también deben ser responsables de los resultados de sus propias investigaciones y garantizar su cientificidad y fiabilidad.