Presentamos el álbum de Jean-Baptist Morier

Las obras del compositor francés contemporáneo Saint Preux son en su mayoría conciertos y música ligera. En 1969, escribió el famoso concierto "pour une Voix", creado especialmente para la cantante francesa Danielle Rikari, quien afirmaba tener la voz de un ángel. Esta canción sin letra también se ha convertido en el tema característico de Danielle Riccari.

En 2005, Saint Preux adaptó la canción, con la hija del compositor, Clemence, y el joven cantante de bel canto Jean Batty, que se hizo famoso en "La primavera de los vaqueros" · Cantada por Morier, título de la canción También se cambió del Concerto pour une Voix original al Concerto pour deux Voix (uno cambió a dos).

El prototipo de esta canción es el Concierto de Pouroune Voix de 1969, con una única voz infantil. Este coro sin palabras fue interpretado a la perfección por dos adolescentes. Jean-Barty Maurier y Clemens expresan vívidamente la belleza de las voces infantiles. Últimamente las emisoras de radio musicales francesas lo reproducen repetidamente por las noches, lo que demuestra que la popularidad del coro no ha disminuido. Recuerdo que hace unos meses, una estación de televisión francesa TF1 organizó una fiesta de canto, cantando todas las canciones clásicas de coro. Estos dos niños también fueron invitados al escenario como invitados por el presentador. Clemens todavía es un poco tímido, algo que Maunier ya conoce. Después de todo, sólo tiene 15 años y ha estado en el camino hacia el estrellato desde el éxito de Les choristes el año pasado.

Maunier, nacido en 1990, vive actualmente en Lyon con sus padres y hermanos. Descubrió su talento para el canto mientras estudiaba en una escuela secundaria católica, y más tarde fue descubierto y protagonizó la conocida "Primavera de la clase de vaqueros" (les'choristes). Cantar con Clemens fue como un niño de oro, no sólo en Francia, sino también en Canadá, Japón y otros lugares del mundo.

Maunir practica música vocal durante al menos una hora y media cada día. Por supuesto, además de la música clásica y religiosa, también le gusta el rock y la música pop, como KYO. Al volver a la vida, Maunier y sus amigos practican deportes, juegan al fútbol y se divierten juntos, como los chicos franceses normales. La cuestión es si la llegada temprana del éxito realmente puede convertir a un buen cantante. Espero ver aparecer a un Maunier más maduro en los círculos musicales y cinematográficos franceses lo antes posible.