Si es el primer entrenamiento o discurso, coloca el podio si es posible. Cuando le preocupe estar nervioso, se parará detrás del escritorio y tendrá una sensación de seguridad. Cuando la tensión desaparezca, saldrás de detrás del podio.
2. Encuentra buenas personas con quienes interactuar.
Como orador, habrá un fenómeno que es muy sensible a las emociones y comportamientos negativos de la audiencia. Por ejemplo, cuando una persona bosteza o juega con su teléfono móvil, comienza a negarse a sí misma y a dudar de sí misma. ¿Es porque no hablo bien y la otra parte no está interesada?
En este momento, debemos prestar atención a aquellas audiencias que sonríen y asienten con frecuencia, encontrar confianza y fuerza en estas personas y esforzarnos por comunicarnos con estas personas en lugar de comunicarnos con aquellos que te dan energía negativa. Cuando nuestro corazón es lo suficientemente fuerte como para controlar a nuestra audiencia, podemos comunicarnos como queramos.
3. Bebe agua
Cuando de repente te sientas nervioso sin motivo durante la conferencia, no te fuerces a continuar. Esto se puede frenar bebiendo agua. Por supuesto, también es necesario prestar atención a la técnica, moverse lentamente y beber una cantidad adecuada de agua. Puedes ajustar tu estado de ánimo y organizar tus ideas explicativas mientras bebes.
4. Método de transferencia
Puedes transferir la presión a los estudiantes haciendo preguntas. Por ejemplo, después de explicar por un rato, de repente te sientes un poco nervioso y luego puedes. digamos, hagamos esto. Para ver cómo todos entienden lo que acaba de decir, permítame hacer algunas preguntas. En este momento, los propios estudiantes comenzarán a ponerse nerviosos, porque a la mayoría de ellos les preocupa que les pidan que respondan las preguntas.
5. Método de pausa y descanso
Cuando la clase llegue a un tiempo determinado, cuando estés nervioso, puedes hacer una pausa para que todos tomen un descanso y se adapten.