¿Cuál es la relación entre acción y ejecución?

La relación entre acción y ejecución es complementaria entre sí.

El poder de acción es la capacidad de hacer cosas de forma consciente y espontánea. Se refiere a planificar intenciones estratégicas, tener un fuerte autocontrol y ser capaz de abrirse paso y lograr lo que quieres hacer pero no te atreves a hacer. , o lo que crees que quieres hacer pero no te atreves a hacerlo si no eres lo suficientemente capaz, haz un plan y decídete a lograrlo.

La capacidad de ejecución es simplemente la capacidad de completar tareas. La capacidad de ejecución se refiere a la capacidad de utilizar eficazmente los recursos y lograr objetivos con calidad y cantidad. Se refiere a la capacidad operativa para implementar intenciones estratégicas y completar objetivos predeterminados. Es la clave para transformar las estrategias y planes corporativos en beneficios y resultados.

Acción y ejecución se complementan y son indispensables. Las personas que tienen poder de acción pero carecen de capacidad de ejecución suelen ser impacientes e impulsivas. Sólo saben aprovechar las oportunidades pero no tienen paciencia para completar las tareas. Las personas que tienen la capacidad de ejecutar pero carecen de la capacidad de actuar pueden dedicar mucho tiempo a planificar pero no pueden ponerlo en práctica. La combinación de estas dos habilidades puede traer resultados reales.

Técnicas para mejorar la acción y la ejecución:

1. Tener plena confianza en uno mismo. Cree en tus propias capacidades y potencial, y cree que puedes superar las dificultades y alcanzar tus objetivos. La autoevaluación positiva estimulará nuestra propia iniciativa y nos animará a dar el primer paso de acción con más valentía.

2. Establece objetivos y planes claros. Objetivos claros y planes detallados nos ayudan a actuar de manera organizada. Podemos dividir las metas en pequeñas metas y luego hacer planes detallados para cada pequeña meta para lograrlas paso a paso.

3. Desarrollar buenos hábitos. Los buenos hábitos pueden ayudarnos a desarrollar el hábito de actuar a tiempo y mejorar nuestra capacidad de ejecución. Por ejemplo, poner un despertador cada mañana y estipular que te levantes a una hora determinada puede cultivar el hábito de levantarte temprano y empezar bien.