El primero es mejorar los conceptos de consumo de los niños. Cada uno debería tener su propia concepción correcta del consumo. Sólo así podremos lograr realmente un consumo racional y evitar impactos innecesarios. Aunque los niños aún son pequeños, aún necesitan experimentar estas cosas, por eso como padres debemos fortalecer sus conceptos de consumo y orientarlos correctamente. Sólo así podremos evitar situaciones similares y evitar pérdidas innecesarias.
En segundo lugar, fortalecer la gestión financiera. Aunque está estipulado que esta parte de los gastos debe ponerse a nombre del niño, no podemos ponerlo ahí de forma arbitraria. Después de todo, son menores de edad y carecen de sentido de independencia. Necesitamos fortalecer la administración de su propiedad y cambiar la contraseña de su tarjeta bancaria para evitar que el niño gaste dinero de forma independiente.
Así que la clave sigue dependiendo de cómo lo manejemos. Sólo si todos lo tratamos correctamente podremos realmente reducir sus accidentes y sus pérdidas. Así que espero que todos puedan prestarle atención y orientarlo en el camino correcto, para evitar que nos sucedan situaciones similares.