El artículo "Lotus: Colección especial de Ye Shengtao" ahora está incluido en el libro de texto de idioma chino de tercer grado para escuelas primarias publicado por People's Education Press. Describe la escena de un loto en plena floración en un parque de verano y la sensación de "yo" al sumergirme en esta escena y volverme uno con el loto. El autor utiliza una rica imaginación para representar flores de loto frescas y hermosas, mostrando imágenes vívidas de flores de loto con diferentes posturas y colores brillantes en el agua, expresando el amor del autor por la naturaleza.
Extensión del autor:
Ye Shengtao (1894/10/28-1988/2/16), anteriormente conocido como Ye, nació en Suzhou, Jiangsu. Mi padre trabajaba como comerciante en la casa de un terrateniente y la familia era pobre. Fue admitido en la escuela secundaria Caoqiao en 1907 y trabajó como maestro en una escuela primaria después de graduarse. Fue expulsado de la escuela en 1914. Sus ensayos y novelas se publicaron en revistas como "Saturday".
Lectura de prueba original:
Fui al parque a jugar temprano en la mañana y olí un aroma tan pronto como entré por la puerta. Corrí rápidamente hacia el estanque de lotos.
Hay muchas flores de loto en flor. Las hojas de loto están densamente empaquetadas como grandes discos verdes, y entre estos discos emergen flores de loto blancas. Algunas sólo despliegan dos o tres pétalos. Algunos pétalos están completamente desplegados, revelando un pequeño y tierno loto amarillo. Algunos todavía están llenos de flores, flacos como un palo, y luciendo llenos, están a punto de estallar.
Hay muchísimos lotos blancos, cada uno con su propia postura. Mira éste, es hermoso; mira aquel. Hermosa también. Si el loto que tienes delante se considera una pintura vívida, la habilidad del artista es realmente notable.
De repente me sentí como una flor de loto, vestida con ropas blancas como la nieve, parada al sol. Sopló una brisa y yo bailé, mi ropa blanca ondeando al viento. No sólo yo, sino también un estanque de flores de loto bailábamos. Cuando pasó el viento, dejé de bailar y me quedé allí en silencio. La libélula voló y me contó la alegría de volar por la mañana. El pececito nadaba bajo sus pies y me habló del buen sueño de anoche...
Me tomó mucho tiempo recordar que no era un loto, estaba mirando un loto.