Los efectos de los fármacos en el organismo (desde pequeñas hasta grandes dosis) se pueden dividir a grandes rasgos en efectos fisiológicos, efectos farmacológicos y efectos toxicológicos. En los experimentos farmacológicos y en la medicación clínica, sólo podemos utilizar dosis que produzcan efectos farmacológicos, de modo que no se produzca intoxicación y se consiga el objetivo terapéutico. Al estudiar la seguridad de un fármaco, se utilizan dosis tóxicas para observar qué órganos y tejidos daña el fármaco y cómo rescatarlos.