La naturaleza del niño queda borrada.
Los niños que han sido reprimidos durante mucho tiempo pierden gradualmente el entusiasmo por aprender y capacitarse, están llenos de miedo sobre el futuro y no se atreven a trabajar duro.
Se destruye la confianza
Los niños se preocupan demasiado por la evaluación de sus padres, lo que provoca pérdida de confianza en sí mismos, incomprensión de sí mismos y miedo a seguir adelante.
La tensa relación entre padres e hijos
Después de que los niños deprimidos entran en la adolescencia, su psicología rebelde se vuelve más obvia y la relación originalmente armoniosa entre padres e hijos se vuelve tensa.
Daño físico y mental a los niños
Es difícil para los niños bajo este tipo de educación desarrollar rasgos de personalidad saludables y experimentar la alegría y la libertad de crecer. Pueden volverse de baja autoestima, tímidos y preocuparse demasiado por lo que piensan los demás, lo que los lleva a la autocomplacencia.
Llamando a todos los padres
Por el bien de la salud física y mental de sus hijos, ¡intenten evitar el uso de una educación represiva! ¡Trabajemos juntos para crear un ambiente amoroso, solidario y alentador para que nuestros hijos crezcan!