Recuerdo claramente un incidente que ocurrió una tarde lluviosa de domingo. De camino a la librería, estaba esperando que el semáforo se pusiera en verde en un cruce. Una niña de unos diez años fue atropellada por un coche que se alejaba rápidamente. Un hombre corrió inmediatamente hacia la niña para administrarle los primeros auxilios y yo me uní sin dudarlo. Afortunadamente no resultó gravemente herida y la llevamos al hospital más cercano. Estoy más orgulloso de lo que hice que el conductor que se dio a la fuga.
Como miembro de la sociedad, me doy cuenta de que la responsabilidad es una condición necesaria para construir una sociedad mejor.