2. La vida humana es como un trozo de tela. El aspecto que tendrá al final depende de la tecnología de corte. Incluso si quieres hacer un cheongsam, pero alguien te corta la forma de una sudadera, aún tienes que soportar la vida de hacer una sudadera.
En aquella época, el cheongsam era una prenda imprescindible para las mujeres. Pero un cheongsam también tiene su propia personalidad. Al igual que a veces, podemos consolar a los demás con la suciedad ocasional, pero no podemos convencernos a nosotros mismos de la suciedad habitual. Así surge esta brecha.
4. Eres la mariposa entre las flores y el capullo entre los lirios. No importa qué ropa use, siempre luce digna y hermosa. Llevas un cheongsam morado. Desde lejos, realmente pareces una pequeña mariposa volando. Los colores son bonitos y suaves.
5. La vida misma es un precioso cheongsam, cubierto de pulgas.