¿Qué importancia tiene la ética para la gestión empresarial?

La cultura moral corporativa es una parte importante de la cultura corporativa y uno de los contenidos centrales de la gestión de la cultura corporativa contemporánea. La ética corporativa regula diversas relaciones dentro y fuera de la empresa a través de normas morales, educación moral, evaluación moral y comportamiento moral, y crea un buen ambiente y condiciones para el desarrollo de la empresa.

La importancia de la construcción moral corporativa: ① El fortalecimiento de la construcción moral conduce a mejorar el nivel de las empresas, lo que significa que las empresas son sujetos morales de diversos derechos y obligaciones. Las empresas deben comportarse de manera responsable, es decir, deben tener en cuenta los derechos de los consumidores y otros miembros de la sociedad. Con los cambios en los niveles y conceptos de consumo, las personas exigen cada vez más a las empresas. No sólo están satisfechas con ofrecer productos y servicios excelentes, sino que también esperan que las empresas puedan asumir ciertas responsabilidades sociales, como la protección del medio ambiente, los empleados y los competidores. y sus comunidades. Todo esto requiere que las empresas fortalezcan la construcción moral, mejoren sus propios estándares, se adapten a los cambios ambientales y tomen la iniciativa en la competencia del mercado. Entre las 500 empresas más importantes del mundo, además de tecnología avanzada, gestión estricta, fuerte conciencia de innovación y nuevos conceptos de talento, todas tienen sus propios códigos éticos de conducta y conceden gran importancia a la construcción e implementación de la ética corporativa. Por ejemplo, Sony propuso: "Mejorar el valor corporativo del Grupo Sony es la base de sus operaciones, y los estándares éticos de conciencia y autodisciplina son una parte importante de la empresa. Estas empresas exitosas nos muestran que la construcción moral es importante". parte del desarrollo empresarial. Fortalecer la construcción moral no es sólo un requisito de los cambios en el entorno corporativo, sino también un requisito inherente de los sistemas corporativos modernos. Fortalecer la construcción moral conduce a mejorar la eficacia del control corporativo. Como cuerpo principal del mercado y entidad social y económica, las empresas deben centrarse en la producción y la operación, es decir, deben perseguir la maximización de la economía y las ganancias. Para lograr los objetivos corporativos, se debe restringir el comportamiento de los empleados en la producción y las actividades comerciales. Debido a su naturaleza obligatoria y estricta, los sistemas corporativos tienen un efecto disuasorio sobre la psicología de las personas y afectan el comportamiento de los empleados. Sin embargo, si sólo está restringido por el sistema, inevitablemente conducirá a distorsión y rigidez de las operaciones de producción y asignación de recursos, lo que hará que las empresas se embarquen en un camino de desarrollo deformado. La ética corporativa es flexible y puede desempeñar un papel en lugares donde los sistemas corporativos no pueden llegar, ajustar las relaciones informales entre diferentes miembros en las actividades corporativas e influir en el comportamiento de los empleados. Por tanto, la construcción moral puede compensar las deficiencias del control institucional y mejorar la eficacia del control. De hecho, la construcción moral es también un medio de control previo. A medida que cambia el entorno, la jerarquía de la empresa y la relación entre los equipos de trabajo también cambiarán. Es imposible que la empresa controle completamente cada unidad de trabajo en todo momento. En este caso, el comportamiento de los empleados depende en cierta medida del nivel de calidad moral personal. El fortalecimiento de la construcción moral favorece la mejora de la calidad moral personal de los empleados y puede desempeñar un papel de control previo. Fortalecer la construcción moral conduce a mejorar la competitividad empresarial. Para la competitividad de las empresas, a menudo mencionamos la tecnología central, la gestión interna, las capacidades de marketing, la cultura corporativa, etc. Se trata de la competitividad exterior de las empresas. Lo que sustenta esta competitividad externa es la ética corporativa. Cuanto más grande es una empresa, mayor es el impacto de la ética en su competitividad externa.

Una empresa poco ética no tendrá competitividad externa a largo plazo. Esto se debe a que: Por un lado, la competencia empresarial es, en última instancia, competencia por los consumidores. Los consumidores no sólo prestan gran atención a la calidad y la idoneidad del producto, sino que también están más dispuestos a comprar productos y servicios producidos por empresas con integridad y responsabilidad social. Fortalecer la construcción moral puede ayudar a las empresas a ganar más consumidores. Por otro lado, los empleados pueden lograr sus resultados más creativos en un entorno de confianza, responsabilidad y ambición que sólo puede construirse sobre los valores de honestidad, confianza, justicia y respeto. Fortalecer la construcción moral favorece el desarrollo del potencial de las empresas y mejora su capacidad de abastecer a la sociedad. Por tanto, hasta cierto punto, la competencia corporativa es competencia moral.