La primavera es como la mano de una madre, con un ligero calor, solucionando las preocupaciones del corazón.
El verano es como una copa de vino fuerte, picante en boca y estómago.
El otoño es como un poema elegante, triste y desolado, y el frío viento otoñal trae de vuelta el dolor en los recuerdos.
En invierno, es un padre estricto y cariñoso, frío por fuera pero lleno de amor por dentro.
Qué aburrido sería si no hubiera estaciones coloridas en la vida. Todo esto son sólo altibajos y desolación. Nos parece una canción sin partitura. Gracias por venir.