1. La educación de los padres tiene un profundo impacto en sus hijos.
Los padres son los profesores que más tiempo en la vida enseñan a sus hijos. Las palabras y los hechos de los adultos tienen el mayor impacto en los niños. Los padres que están de mal humor, descoordinados y regañan en voz alta definitivamente tendrán un impacto sutil en la personalidad de sus hijos. Para muchos padres, puede resultar difícil dejar de criticar a sus hijos. Hablar en voz alta les quita la capacidad de pensar enfadados. Así que piénselo dos veces antes de hablar y utilice el tono y la redacción adecuados, que serán muy eficaces.
1. Niños afectados por la violencia
No favorece el desarrollo psicológico normal de los niños: cuando los niños cometen errores, los padres recurrirán a palizas y regaños para solucionar el problema, lo que provocará Haga que los padres formen un hábito y estén dispuestos a utilizar la violencia simple para resolverlo. Los niños normales a menudo reconocen sus errores mediante el razonamiento y la persuasión y evitan volver a cometerlos. Sin embargo, los niños que reciben azotes a menudo no se dan cuenta de su error. Si continúan así, sólo obstaculizarán el normal desarrollo psicológico del niño. Es fácil imitar la mala violencia: los padres son los primeros maestros de sus hijos. Cuando se enfrentan a problemas, los padres utilizan la violencia para resolverlos. Entonces, cuando un niño tiene una disputa con su pareja, naturalmente pensará que sólo pelear puede hacer que su pareja obedezca sus ideas, lo que explica por qué es más probable que aparezcan delincuentes juveniles en familias con violencia doméstica. Debido a que los niños no pueden tener una mejor reflexión,
Los niños deben crecer protegidos. Si tienen hijos, deberían cuidarlos bien. No digas que la violencia es buena para el aprendizaje de los niños. Esto es autoengaño.