Amo mi casita, amo la casita que llenó toda mi infancia.
Mi padre estaba en la ciudad en ese momento, y mi madre nos llevó a vivir a esa pequeña casa que era como una golondrina que construye un nido, pero nunca se va volando en invierno.
Varios palos de madera de diferentes longitudes forman una puerta. La puerta es coja, y frente a la puerta hay un muro de cerca (bā) rodeado de paja (jiē), con tierra fértil; dentro. Hay un gran "ojo" cuadrado que da al pequeño jardín, que es mi ventana.
Hay un kang desnudo en la habitación. El kang es tan grande que puedo pasarlo por encima con una gran cuchara de hierro. Había dos cajas paradas en el suelo. Tenían narices verdes y sin brillo y nunca sonreían. En la pared norte cuelga un espejo medio lleno de flores, a veces con una figurita en él. Me costó mucho esfuerzo darme cuenta de que el villano era en realidad yo.
Mi corazoncito no pudo resistir la soledad durante todo el día, y la cabaña atrajo a algunos amigos. Gritamos y saltamos ridículamente, pero el kang no pudo soportar la presión y se desplomó uno por uno. La tierra de la pared fue sacudida y no pudimos reír. A veces, al soplar burbujas, las burbujas redondas se expanden y se vuelven coloridas, pero estallan en el momento más hermoso. Nunca entendemos por qué. A veces, fantasías coloridas salen volando por la ventana y se van volando, por eso saltamos de alegría y sentimos una alegría inexplicable.
Más tarde, el mundo exterior volvió a robarme el alma. Hay tantas lochas en el río sinuoso que quieren salir arrastrándose, y hay pajitas que fluyen con jugo dulce en la tierra plana. Las tranquilas montañas Nanshan y las suaves nubes blancas me tientan a volverme extremadamente irritable. Abrí con entusiasmo la puerta coja y la atravesé como una bala de cañón.
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El autor principal del artículo "La Pequeña Casa" expresó la alegría de la vida infantil y los sentimientos inolvidables de la vida infantil a través de los hermosos recuerdos de la pequeña casa donde vivió durante 12 años.