Expansión de datos:
La historia moderna de China se refiere al período comprendido entre la Guerra del Opio en 1840 y la fundación de la República Popular China en 1949. Esta es la historia del declive gradual de China hacia una sociedad semicolonial y semifeudal, y la historia de la búsqueda del pueblo chino de la independencia nacional y el rejuvenecimiento nacional.
La agresión se refiere a la violación por parte de un país de la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de otro país, o cualquier acto incompatible con la Carta de las Naciones Unidas. Las principales formas de agresión son la invasión armada, la injerencia política, la persecución económica y la infiltración cultural.
Las fuerzas del imperialismo capitalista invadieron China y extorsionaron a China con enormes pagos de compensación, provocando una grave crisis financiera entre China y China y dañando y obstaculizando directamente el desarrollo económico de China.
Además, el imperialismo capitalista también ha controlado el sustento económico de China mediante la agresión. Se puede ver que la invasión del imperialismo capitalista es la razón fundamental de la pobreza y el atraso de la China moderna.
El imperialismo capitalista es la etapa más alta y última del desarrollo capitalista, que se basa en la exportación de capital para permitir que otros países trabajen y obtengan ganancias.
Lenin creía que la economía en la etapa imperialista tenía las siguientes características: la producción y el capital estaban altamente concentrados, y las organizaciones monopolistas desempeñaban un papel decisivo en la vida económica; el capital bancario y el capital industrial se fusionaban en el capital financiero; Sobre esta base se formó la oligarquía financiera;
La exportación de capitales es de gran importancia; también se formó una alianza monopolista internacional de capitalistas para dividirse el territorio del mundo;
La decadencia del imperialismo también se refleja en la formación de una enorme clase rentista y un país rentista. En la etapa de monopolio, una gran cantidad de capital monetario se concentra en manos de los capitalistas financieros, lo que promueve en gran medida la separación de la propiedad del capital y los derechos de uso y el aumento de los rentistas.
Con el desarrollo de la exportación de capital, unos pocos países ricos y poderosos se han convertido en países usureros. Disfrutan de altas ganancias monopólicas, por lo que es posible sobornar al proletariado superior, cultivar una aristocracia laboral y dividir a la clase trabajadora. Formando así la base social del oportunismo.