Un castigo adecuado es bueno para los niños.
Los niños que sólo escuchan elogios no conocen sus propios defectos y muchas veces se pierden por el orgullo y la complacencia. Los niños que han experimentado "castigos corporales" sabrán que su comportamiento es incorrecto y se ayudarán a sí mismos a cambiar los malos hábitos. El dolor físico les permite recordar el error y no cometer el mismo error la próxima vez.
Armonía familiar
Un "castigo corporal" adecuado hará que el niño se vuelva positivo y le permitirá considerar la severidad de sus padres antes de hacer algo, lo que también puede tener un efecto restrictivo.
Los niños son más independientes
Los niños que fueron castigados físicamente en la infancia serán más resistentes al estrés y sus palabras y acciones se medirán más fácilmente.