Cuando estoy libre o en problemas, siempre saco un libro y leo tranquilamente. Pronto me sumergí en él para poder olvidar todas mis preocupaciones. Así fue como desarrollé el hábito de leer en cualquier momento.
Cuando era pequeño, me interesaban los libros ilustrados y los libros de cuentos. Me impresionaron. Tan pronto como entré a la escuela secundaria, comencé a leer novelas, obras de teatro, ensayos, etc. Descubrí que podía sacar mucho de ellos. Poco a poco, desarrollé un gran interés por la literatura. El semestre pasado gané el primer premio en el Concurso de Composición para Estudiantes de la Escuela Secundaria de Zhejiang.
Leyendo "El traje nuevo del Emperador", tuve que reírme de su estupidez. "La niña de los fósforos" no logró evitar que llorara por su desgracia. "Robinson Crusoe" me trajo a un mundo extraño y lleno de peligros. La paciencia y perseverancia de Helen Keller también me dejaron una profunda impresión... Además, los libros me enseñaron otras cosas: cómo ser un hombre, cómo distinguir el bien del mal. En resumen, los buenos libros pueden ayudarme a saber cosas que no sabía antes. Por eso considero un buen libro como mi mejor amigo.
Nunca olvidaré este famoso dicho: "Un buen libro es el mejor amigo que nunca nos abandonará".
Cuando estoy libre o en problemas, siempre saco un libro y léelo tranquilamente. En cualquier momento me siento aliviado y olvido todas mis preocupaciones. Entonces desarrollé el hábito de leer en cualquier momento.
Cuando era joven, me interesaban los libros ilustrados y los libros de cuentos. Fui atacado por ellos. Cuando entré por primera vez a la escuela secundaria, comencé a leer novelas, dramas, ensayos, etc. Descubrí que podía sacar mucho de ellos. Poco a poco me fui interesando por la literatura. El semestre pasado, gané el primer premio en el Concurso de Composición para Estudiantes de Escuela Secundaria de la Provincia de Zhejiang.
Al leer "El traje nuevo del Emperador", tuve que reírme de él. "La niña de los fósforos" no puede hacerme llorar de dolor. "Robinson Crusoe" me trajo a un mundo extraño y lleno de peligros. También me conmovió profundamente la paciencia y perseverancia de Helen Keller... Además, este libro también me dijo otras cosas: cómo ser un ser humano y cómo distinguir el bien del mal. En resumen, los buenos libros pueden hacerme saber que no estoy aquí. Por eso creo que un buen libro es mi amigo.
Nunca olvidaré el famoso dicho: "Los buenos libros son amigos, quien no los lleva a la espalda."