La abuela tiene un par de manos trabajadoras y capaces. Al sembrar a principios de verano y cosechar en otoño, los varios acres de tierra del hogar se manejan de manera vigorosa y ordenada. Mientras trabajaba, la abuela a menudo tenía espinas en las manos. Ella nunca lloró de dolor. El arroz cocinado por la abuela era tan dulce que incluso las tías vecinas lo elogiaron tanto que regresaron desde Shanghai para comprarlo. Verduras, tomates, melones, judías largas, ajos, marlan, puerros, pepinos... La huerta de la abuela está llena de verduras y frutas durante todo el año, frescas y deliciosas. Las manos de la abuela me dan envidia.
La abuela tiene manos que aman a los mayores y a los jóvenes. El abuelo dio a luz a cinco hijos y sólo la abuela podía ir a casa con regularidad para cuidarlos. La abuela regresa a su ciudad natal una o dos veces por semana para ayudar al abuelo a quemar papel y limpiar. Una vez hubo una tormenta y el abuelo se cayó a una zanja. Cuando llegó la llamada, la abuela fue directamente a su ciudad natal sin decir una palabra y llevó al abuelo al hospital en un triciclo para que le pusieran una inyección, para que el abuelo pudiera salvarse. Mis abuelos elogiaron a mi abuela: "Una nuera está más unida que una hija". Mi hermana y yo somos gemelas. Desde que nacimos, las manos de la abuela nunca han parado. En ese momento estábamos comiendo, bebiendo y cuidándonos muy bien. La abuela nos hacía leche en polvo, nos cambiaba los pañales y nos lavaba la ropa. Mi abuela también es muy exigente con el lavado de la ropa. Dice que la lavadora no puede limpiar la ropa y ella siempre se frota jabón con las manos. El jabón me lastimó las manos y a la abuela se le estaban pelando las manos. Recuerdo que cuando era niño, movía tranquilamente un taburete para descansar los pies y iba a la fuente a beber agua. Me ardían las manos. Una noche, mi abuela no cerró los ojos en toda la noche, así que levantó mi manita con su mano grande y cálida, por temor a que la colcha me lastimara la piel y dejara cicatrices. Las manos de la abuela deben estar muy doloridas y entumecidas, y ahora siento que se me llenan los ojos de lágrimas sólo de pensar en ello. Admiro la orden de registro de la abuela.
¿No es la abuela sólo un "gusano de seda" que se dedica silenciosamente a la familia? Este Día de la Mujer quiero comprarte una crema de manos para hidratar esas manos. Verás, las manos de la abuela están cada vez más ásperas y envejecidas, peludas y negras, llenas de arrugas, callos, grietas y hasta vendas, pero son mis manos favoritas y las manos más “bellas” del mundo. Las manos de la abuela son inolvidables para mí ahora, en el futuro y para siempre...