Este famoso experimento data de la década de 1960 y fue diseñado e implementado por el psicólogo de la Universidad de Stanford Walter Mitchell.
El contenido específico es el siguiente: Los investigadores pidieron a cada niño que se quedara solo en una habitación, con un malvavisco en la mesa frente a ellos. Los investigadores les dirían a los niños que pueden comer este dulce, pero si el dulce todavía está en la mesa cuando regrese 15 minutos después, los recompensaré con otro dulce. Si no puedes esperar para tocar el timbre de la mesa ahora mismo, volveré enseguida. La mayoría de los niños no pueden aguantar durante 3 minutos y algunos todavía no pueden.
El profesor Michel dijo que este experimento es altamente predictivo porque si un niño puede abstenerse de comer azúcar durante 15 minutos, definitivamente hará su tarea antes de jugar y mirar televisión en el futuro. Después de trabajar, también utilizará parte del dinero como ahorro para prepararse para grandes compras en el futuro, como comprar una casa, en lugar de gastarlo todo de una vez.
En estudios posteriores, el profesor Michel descubrió que los niños que persistían en el experimento del malvavisco durante un período de tiempo más largo tendían a mostrar una mayor resiliencia frente a las dificultades unos años más tarde, cuando se convertían en adolescentes. control, no dejarse llevar por la tentación, más fácil de concentrar, más inteligente, más independiente y confiado, y más confiado en su propio juicio. Ante el estrés, es menos probable que se derrumben, regañen, actúen de manera desorganizada o repitan conductas inmaduras que los niños que no se quedan con ellos por mucho tiempo. Asimismo, sus habilidades de planificación son más fuertes y, cuando están motivados, son más capaces de atacar sus objetivos. También son más diligentes al hacer las cosas y no se comprometen fácilmente ante los contratiempos.
Para decirlo sin rodeos, este es un experimento sobre la gratificación inmediata y la gratificación retrasada. Este experimento demostró que los niños con mayor retraso en la gratificación y mayor autocontrol tenían más probabilidades de lograr el éxito en la edad adulta.
La capacidad de retrasar la gratificación también puede entenderse como capacidad de autocontrol. Este autocontrol se puede mejorar continuamente mediante el entrenamiento. "Autodisciplina para superar los puntos ciegos de la vida en 100 días" cita el experimento del malvavisco para ilustrar que el autocontrol es una habilidad escasa para nosotros como individuos. Y el autocontrol de cada uno es relativamente fijo dentro de un cierto período de tiempo. Si agotas tu autocontrol en esto, puedes perderlo en otras cosas. Por lo tanto, no se debe abusar del autocontrol, como una habilidad escasa, especialmente esta preciosa habilidad no debe usarse en cosas que no son importantes en absoluto. Por ello, el autor recomienda formular un plan de autodisciplina de 100 días y hacer cada día tres cosas que creas que serán valiosas para el futuro (como leer, escribir, hacer ejercicio, caligrafía, pintura, etc.). Sólo para mantener nuestro autocontrol enfocado en estas tres cosas y no distraernos con otras cosas. Con el tiempo, a través del plan de autodisciplina de 100 días, haremos tres cosas todos los días y continuaremos haciéndolas, y estas tres cosas se transformarán en nuestras habilidades y aspectos destacados únicos con el tiempo.
El punto de vista del autor me resulta muy inspirador. En el nuevo año, espero poder seguir leyendo, escribiendo y haciendo ejercicio. Medio año o un año después, volveré aquí para revisar mis experiencias y vivencias.