Como dice el refrán: “Regalar rosas a los demás deja fragancia en las manos”. He ayudado a muchas personas, a personas mayores y a niños. Entre ellos, lo más inolvidable fue ir a Dashan, Guizhou con mi padre el verano pasado para donar dinero para construir una escuela primaria Hope.
La escuela primaria Shuanglian se construyó en la aldea de Guiyang, condado de Liping, provincia de Guizhou. El camino de montaña que lleva a la escuela primaria es largo, empinado y estrecho. Ese día llovió y las ruedas a menudo se atascaban en el camino de tierra embarrado, pero no nos rendimos. ¡No había ninguna dificultad como ayudar a los niños en las zonas montañosas! Después de varias horas de caminata, finalmente apareció frente a nosotros una escuela de madera. De hecho, se parece más a una tienda de campaña de madera que a una escuela. Los niños en las montañas son muy lindos. A pesar de estar en un ambiente tan somnoliento, todavía se ven muy animados y sin estrés. No me llevó mucho tiempo conocerlos. La mayoría de los estudiantes de la escuela primaria de Shuanglian viven en dormitorios. Hay cuatro camas en una habitación, pero allí duermen 12 personas. ¡Qué lleno de gente! Me quedé allí durante 3 días y traje una caja de cubos de Rubik que compré con mi dinero de bolsillo. Les enseñé a jugar al cubo de Rubik, al ajedrez y a cantar canciones infantiles en inglés. De hecho, todos son inteligentes y estudiosos, pero sus antecedentes familiares no son buenos. Papá dijo que construiría un nuevo edificio de enseñanza y un dormitorio para los estudiantes. ¡Muy bien! ¡De esta manera los estudiantes ya no tendrán que asistir a clases en aulas en ruinas y vivir en dormitorios abarrotados!
Ahora es profesor asistente en la escuela primaria Shuanglian. Voy allí todos los años para ver a mis amigos y enseñarles algunas habilidades nuevas que aprendí aquí. A veces realmente los extraño.
De hecho, hay muchas familias en la aldea de Guiyang que nunca han abandonado las montañas en su vida. Las casas de madera en las que vivían eran viejas y estaban en ruinas, y algunos de los techos estaban rotos. Incluso una pequeña llovizna puede entrar en una habitación sin protección.
Shakespeare dijo: "No es difícil hacer algo bueno, pero sí es difícil desarrollar el hábito de hacer el bien". Ahora, prestemos más atención a las personas que nos rodean y que necesitan ayuda. ¡Y empieza con cosas pequeñas!