Desde el descubrimiento de los rayos infrarrojos por el físico británico Herschel en 1800, se ha abierto un amplio camino para la aplicación humana de la tecnología infrarroja. Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes utilizaron tubos infrarrojos variables para desarrollar dispositivos activos de visión nocturna y equipos de comunicación por infrarrojos, sentando las bases para el desarrollo de la tecnología infrarroja. Después de la Segunda Guerra Mundial, Texas Instruments (TI) de los Estados Unidos desarrolló con éxito el dispositivo de imágenes infrarrojas de primera generación para uso militar en 1964, llamado sistema de seguimiento por infrarrojos (FLIR). Utiliza un sistema mecánico óptico para escanear la radiación infrarroja del objetivo medido. El detector de fotones recibe la radiación infrarroja bidimensional y, después de la conversión y el procesamiento fotoeléctrico, finalmente se forma una señal de video de imagen térmica que se muestra en la pantalla.