Los volcanes se forman en las profundidades del subsuelo por magma de alta temperatura y gases y desechos relacionados expulsados de la corteza terrestre. Tienen una estructura geológica especial. Las erupciones volcánicas son un desastre natural muy grave y suelen ir acompañadas de terremotos. Los volcanes se pueden dividir en volcanes extintos y volcanes activos. Los volcanes activos que no han entrado en erupción durante un período de tiempo se denominan volcanes inactivos. También existe un tipo de volcán de lodo, que no es estrictamente un volcán científicamente hablando, pero mucha gente también lo considera un tipo de volcán. Las erupciones volcánicas pueden causar daños a los humanos, pero también aportan muchos beneficios. Muchas piedras preciosas se forman por erupciones volcánicas; las erupciones volcánicas también pueden expandir la superficie terrestre, y las islas hawaianas se formaron por erupciones volcánicas también pueden convertirse en atracciones para promover el turismo, como el Monte Fuji en Japón. La disciplina dedicada al estudio de la actividad volcánica se llama vulcanología.
300 palabras de prosa volcánica
Existe una "zona líquida" entre 100 y 150 kilómetros bajo la corteza terrestre. En esta zona líquida, hay un material de silicato fundido que contiene volátiles gaseosos a alta temperatura y presión, es decir, magma. Un volcán se forma cuando atraviesa una parte débil de la corteza terrestre. Las erupciones volcánicas pueden expulsar una variedad de materiales. Los volcanes son ventanas al núcleo ardiente de la Tierra y son la fuerza más explosiva de la Tierra. [1]