El primer día de clases, la profesora nos conoció, y nosotros también conocimos a los compañeros que nos rodeaban. Por la tarde tuvimos una elección de cuadros de clase. Los estudiantes se presentaron voluntariamente, sus especialidades y aficiones... Produjimos los primeros miembros del comité de clase.
Escribe tu nombre solemnemente. Escribe una promesa.
El segundo día de clases llovió mucho. Por nuestra seguridad, todos descansaron en casa por la mañana para recargar pilas. Por la tarde nos reunimos con el entrenador y nos enseñó a sentarnos como un reloj y a pararnos como un pino.
El tercer día de clases, el 1 de septiembre, iniciamos la ceremonia de apertura. Todos levantan la mano derecha y juran solemnemente: soy un estudiante de Dongming y juro solemnemente que el lema de nuestra escuela es: Responsable del mundo. Nuestro espíritu escolar es hablar palabras responsables, hacer cosas responsables y ser personas responsables.
Después de la breve ceremonia de apertura, el Maestro Tan nos llevó a comenzar la vida de entrenamiento militar formal. ¡Reúnete y listo!
El instructor nos enseñó la postura militar de ponerse firmes. Mantenga la cabeza erguida y el pecho erguido.
El instructor se tomó la molestia de corregir los movimientos de todos.
A partir del caos inicial, comenzamos a dar pasos ordenados.
El equipo cada vez está más ordenado.
Un saludo militar solemne, disciplina, trabajo en equipo y honor.
Hacemos todo lo posible para que cada gesto sea bueno.
Postura de pie, cada uno de nosotros lo estamos haciendo en serio. En este momento, ya no somos los adolescentes delicados a los ojos de nuestros padres, pero cada vez tenemos más confianza.
Firmes y persistentes
Confiados
Llenos de energía positiva
Un equipo que no se mueve.
Pasos prolijos y potentes.
La bandera del equipo ondeó al viento y el equipo de estudiantes se volvió cada vez más ordenado.
Después de reunirnos, nuestra clase 12 de séptimo grado es la mejor.
El instructor nos elogió.
Después de un duro día de entrenamiento, no nos quejamos de cansancio ni de dolor. Todos ponen su corazón y alma en ello, trabajan duro y trabajan duro para el equipo. Una clase es un colectivo y el colectivo no puede prescindir del esfuerzo de todos.
Bajo el sol abrasador, nuestros padres también brindaron activamente apoyo logístico completo para los niños, asegurándose de que cada uno de nosotros pudiera reponer la humedad y el agua a tiempo para protegernos.
En sólo tres días, desde el inicio formal de la escuela, hasta la apasionada ceremonia de apertura y el entrenamiento militar, la unión hace la fuerza. Nuestra clase 12 de séptimo grado definitivamente se convertirá en una clase excelente.