¿Deberían los padres interferir demasiado en la vida escolar de sus hijos? ¿Por qué?

Ahora bien, si los padres deberían participar más en la vida escolar se ha convertido en un problema difícil para muchos padres y profesores. En comparación con el pasado, los padres participan con mayor frecuencia en la vida escolar de sus hijos y desempeñan un papel cada vez más activo e importante en la relación entre el hogar y la escuela. Esta tendencia muestra que los padres prestan más atención a la educación y tienen una actitud positiva hacia el conocimiento, pero también destaca el fenómeno de exceder los límites de la responsabilidad. Muchos padres esperan que los profesores presten más atención a sus hijos. Competirán entre sí y provocarán confusión de roles. Esto no es bueno para la educación y es aún peor para la formación de los profesores.

Los padres también, consciente o inconscientemente, "comparten las preocupaciones" de los profesores, imprimiendo materiales, comprando artículos removibles y cogiendo bolígrafos rojos para corregir los deberes. Independientemente de la ayuda entusiasta de los padres, no es apropiado que los maestros envíen activamente "señales de ayuda" o incluso asignen tareas a los padres abiertamente. Así como un chef no permite que los clientes le ayuden a cortar verduras, los profesores no pueden utilizar la psicología de los padres para eludir la responsabilidad. Debido a que los docentes tienen responsabilidades ineludibles, deben asumir activamente los asuntos docentes y escolares y brindar a los estudiantes servicios educativos profesionales y científicos.

Los padres hacen los deberes de sus hijos, y el trabajo de los profesores sin duda desdibuja la relación entre el hogar y la escuela. La razón es que los padres aumentan los "puntos de impresión" de sus hijos, o los cuidan mucho, o incluso los adoran, mientras que algunos profesores utilizan su derecho a hablar para transferir activamente responsabilidades en el campo de la educación. Lo que hay que dejar claro es que la educación familiar se centra en cultivar el carácter de los niños y en supervisar y corregir las actitudes de aprendizaje, mientras que la educación escolar se centra en impartir conocimientos y habilidades. Los dos tienen una clara división del trabajo y una cooperación precisa, lo cual es una elección racional. Si cruzamos fronteras y dejamos que los aficionados lo hagan por los profesionales, el efecto no será bueno.

Como padre, debes tener la capacidad de sopesar los pros y los contras. Lo que los padres deben brindar es un espacio seguro para que los niños experimenten, cometan errores y se corrijan. La responsabilidad de los padres no es comprobar si la tarea es correcta o incorrecta, sino instar a los niños a completar la tarea, prestar atención al proceso de aprendizaje extraescolar de sus hijos y prestar atención a la seriedad y la actitud de aprendizaje de sus hijos. Proporcionar servicios profesionales a los estudiantes. Ambas partes desempeñan sus propias funciones y se complementan entre sí, de modo que la interacción entre el hogar y la escuela pueda ser más efectiva.