Prosa filosófica profunda

Capítulo 1: Mañana, mañana

¡Cada día que paso es casi vacío, perezoso y sin valor! ¡Qué pocas huellas deja sobre sí mismo! ¡Qué absurdas y confusas son estas horas de la una!

Sin embargo, el hombre debe vivir; valora la vida. Pone su esperanza en la vida, en sí mismo y en el futuro... ¡oh, qué felicidad espera en el futuro!

Pero ¿por qué iba a imaginar que otros días posteriores no serían similares al que acaba de pasar?

Simplemente no se lo esperaba. Nunca le gustó pensar; lo hizo bien.

"¡Ah, mañana, mañana!", se consolaba hasta que ese "mañana" lo envió a la tumba.

Una vez en la tumba, debes dejar de pensar.

Capítulo 2: Umbral

-Sueño

Vi un edificio.

Una puerta estrecha se abrió al frente. Había una capa de niebla negra en la puerta. Fuera del alto umbral había una chica... una chica rusa.

Un viento nevado soplaba en la espesa niebla y un escalofrío venía desde lo más profundo del edificio. Al mismo tiempo, una voz lenta y pesada preguntó:

"Ah, ¿quieres cruzar este umbral? ¿Sabes lo que te espera dentro?"

" Lo sé." Respondió la niña.

"¿Frío, hambre, odio, ridículo, desprecio, insulto, encarcelamiento, enfermedad, incluso la muerte?"

"Lo sé."

"Con la gente ¿Alienación, completa soledad?"

"Lo sé, estoy listo, estoy dispuesto a soportar todo el dolor y todos los golpes."

"No sólo eres tu enemigo. ¿Parientes y amigos te van a dar este dolor y este golpe?"

"Pero... incluso si me dan esto, lo soportaré."

"¿Está bien? "

"Sí."

"Este es un sacrificio sin nombre, y nadie lo sabrá, y nadie te honrará."

"No quiero que la gente me aprecie. Tampoco quiero ser famosa."

"¿Estás dispuesta a cometer un crimen?"

Girl Headed. .

"Yo también estoy dispuesto a... cometer crímenes."

La voz interior se detuvo por un momento. Luego dijo algo como esto:

"¿Sabes que en el futuro, en las dificultades, negarás tus creencias actuales y pensarás que has desperdiciado tu juventud en vano?"

"Yo también conozco este nivel. Lo único que te pido es que me dejes entrar."

"Pasa".

La chica cruzó el umbral. Inmediatamente se corrió una gruesa cortina.

"¡Tonto!", se burló alguien desde atrás.

"¡Un santo!" No sé de dónde viene esta respuesta.

——Extraído de la colección de poemas en prosa de Turgenev (una obra ideológica, filosófica y artística)